Opinión

Chile rinde examen ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU

17 Enero 2014

En el último EPU se recibieron sendas recomendaciones (…). Una de ellas es una deuda histórica con las mujeres del país: (…) la adopción de una legislación sobre aborto que respete sus derechos (…).

Por Lidia Casas.
Publicado en El Mostrador, 27 de enero de 2014.

Mañana 28 de enero, Chile rendirá cuentas ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas por el [in]cumplimiento de sus obligaciones en materia de derechos humanos. Desde el 2012 que el gobierno viene preparando informes preliminares sobre la situación del país para someterse al llamado Examen Periódico Universal, EPU. Este es un mecanismo de revisión al que son sometidos todos los miembros de la ONU, por parte de sus pares, a partir de insumos que provee el Estado, organizaciones de la sociedad civil y relatores especiales que han visitado a los países en cuestión.

Lo que se busca con este mecanismo, además de otros específicos a cada tratado de derechos humanos, es revisar y evaluar el cumplimiento de los Estados con sus obligaciones internacionales voluntariamente aceptadas. Chile ha informado a los Comités de la ONU por el cumplimiento del Pacto de Derechos Civiles y Políticos, la Convención Internacional de los Derechos del Niño, la Convención en contra de todas las formas de Discriminación en contra de la Mujer, la Convención en contra de la Tortura, entre otras. En cada una de estas instancias, donde son expertos en derechos humanos quienes ejercen la revisión, Chile no ha salido indemne y ha escuchado recomendaciones sobre modificaciones de leyes o de prácticas lesivas a los derechos humanos en nuestro país.

Esta es la segunda vez que Chile comparece ante el Consejo de Derechos Humanos, mecanismo que en contraste con los comités, prevé una revisión por parte de otros Estados, constituidos para tal efecto en una troika (Cuba, Afganistán y Montenegro examinarán a nuestro país). En el último EPU (2009), antes del término del período de la Presidenta Bachelet, se recibieron sendas recomendaciones, por ejemplo, sobre el reconocimiento y los derechos de los pueblos originarios, la aplicación de la ley antiterrorista, los problemas existentes de la justicia militar o la violencia en contra de las mujeres. Una de ellas es una deuda histórica con las mujeres del país, cual es la adopción de una legislación sobre aborto que respete sus derechos y que se ajuste a las obligaciones de derechos humanos. Esta fue la única recomendación que Chile rechazó expresamente de ese examen.

Esta vez, la delegación no estará encabezada por un Ministro de la Presidenta Bachelet, sino por uno saliente de la administración del Presidente Piñera; no se espera mucho ante el silencio del informe de Chile en relación al aborto. El desafío quedará para la próxima administración, pues el tema seguirá igualmente presente y válido, incluso es probable que los Estados vuelvan a emitir recomendaciones sobre el punto, en vista de que las anteriores no se cumplieron. El gobierno de la Presidenta Bachelet deberá asegurar los derechos de las mujeres y su autonomía reproductiva, y los futuros o futuras voceras no podrán decir que el aborto no es parte de la agenda de un gobierno.

Los compromisos internacionales no son pura poesía; ser parte de la OCDE, o ser parte de cualquier otro club implica reconocer e implementar las obligaciones contraídas. Estas deben cumplirse de buena fe, con transparencia y decisión, observando la interpretación que desarrollan los Comités y Tribunales de los tratados internacionales. Esperamos que Chile se comporte a la altura de las circunstancias.

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