13 Octubre 2025
Marcela Zúñiga y Lidia Casas – CIPER
“El caso Vera no debería usarse para desacreditar el Plan Nacional de Búsqueda, sino para fortalecerlo: demuestra por qué es indispensable contar con mecanismos permanentes de verificación, coordinación y transparencia cuidando de las víctimas -sus familiares- como otro imperativo para el Estado, y actuando con humanidad”.
“El tratamiento mediático del caso también merece una reflexión, mostrar cada detalle de la vida de una persona, poniendo énfasis en el aspecto “sorprendente” o “contradictorio” de la historia ha contribuido a descontextualizarla, transformando un hecho de interés humano en un instrumento de disputa política. Este tipo de cobertura, más interesada en el impacto que en la comprensión, contribuye a un clima de sospecha hacia las víctimas y sus familias, y las políticas impulsadas sobre verdad y justicia (…) Que aún hoy se discuta si “vale la pena seguir buscando” demuestra que la herida de la dictadura no ha sido completamente asumida. La verdad sigue siendo un terreno en disputa”.
“En una democracia madura, la memoria no debería ser una arena de disputa, sino un compromiso compartido. No se trata de reabrir heridas, sino de impedir que se cierren en falso. Mientras haya una familia que no sepa dónde está su ser querido, el Estado y la sociedad chilena siguen en deuda. Casos como el de Bernarda Vera —y como los cuatro nuevos identificados por el Servicio Médico Legal— nos interpelan a sostener una búsqueda que no solo persiga huesos, sino también verdad, reconocimiento, dignidad y justicia. La memoria, entendida así, no es un ejercicio del pasado, sino una forma de justicia presente”.
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