Opinión

INDH y Carabineros

11 Abril 2015

Es la independencia de la injerencia por parte de los poderes del Estado que permite al INDH cumplir con su mandato de promover y cautelar los derechos humanos internacionalmente reconocidos.

Señor director:

Respecto a la polémica producida entre el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) y Carabineros de Chile, parece pertinente hacer algunas precisiones y observaciones. Primero, que lo contenido en el Informe de Derechos Humanos para Estudiantes, en lo que respecta al uso de detenciones por parte de carabineros en casos de ejercicio del derecho a manifestarse, no difiere de lo que el mismo INDH ha hecho ver en sus informes pasados, ni de lo que la Relatoría de Libertad de Expresión de la OEA y el Informe de Derechos Humanos de la Universidad Diego Portales observan al respecto.

Ante esa crítica lo que cabe es revisar si acaso las prácticas de la policía uniformada están o no de acuerdo a los estándares internacionales y al respeto al derecho constitucional a manifestarse. No se trata de una crítica que se necesitaría responder con defensas corporativas o presunciones de afectación de la imagen institucional, como algunos afirman. Hay que señalar también que el propio texto origen de la polémica, claramente afirma que los hechos de violencia que a veces rodean las manifestaciones no pueden entenderse como parte de ese ejercicio de libertad de expresión y que en esos casos la autoridad puede detener a los autores. Así, mientras Carabineros tiene obligaciones en materia de derechos humanos, lo tienen también los otros órganos del Estado a cuyas órdenes responden las fuerzas públicas, y que dotan a éstas del presupuesto necesario para ejercer sus funciones de acuerdo a los estándares de derechos humanos.

Segundo, es la labor propia de un órgano como el INDH el hacer ver a las autoridades del Estado -que son las obligadas a respetar y proteger los derechos humanos de acuerdo a los compromisos internacionales contraídos por Chile- si acaso están siendo congruentes con esas obligaciones. En esa tarea, que es con frecuencia incómoda para las autoridades, el INDH no es infalible, pero lo que es seguro es que es indispensable para avanzar hacia un país donde efectivamente se respeten los derechos de todos y todas. Para ejercer sus funciones públicas, necesita de independencia ante las posibles o potenciales interferencias por parte de los tres poderes del Estado.

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